Egresó del Colegio San Joaquín en 2014 y en 2019 se tituló de Obstetricia y Puericultura en la Universidad de Chile. Ejerció como matrón en la Clínica Dávila y en los hospitales San Borja Arriarán y Hernán Henríquez Aravena, en Temuco; sin embargo, su carrera tuvo un giro y actualmente es coordinador de Cru Chile, una organización cuya finalidad es conectar a las personas con la fe cristiana. Miguel está casado hace 5 años con Sofía y tiene una hija llamada Eloísa.
DEFINE ASTORECA
El sueño de Marcelo Astoreca me parece muy innovador para el Chile de los ochenta y el compromiso de sus amigos me pone la piel de gallina. No se quedaron en un proyecto conformista, sino que hasta el día de hoy siguen trabajando por mejorar la educación de quienes asisten a sus establecimientos.
La Fundación Astoreca ha brindado la oportunidad de transformar la realidad de muchos de sus estudiantes, permitiéndoles ser la primera generación de profesionales de sus familias como en mi caso. Mi padre a duras penas terminó su educación secundaría, mi madre sólo llegó hasta octavo básico y yo logré terminar mi educación superior completa, en gran medida gracias a la visión que entrega la Fundación: «sin importar tu contexto es posible llegar más lejos”.
TU PROPÓSITO
Mi vida está muy ligada a la fe cristiana y mi meta es servir como misionero en países de trasfondo budista junto con mi familia.
Mi sueño es impactar lo máximo posible la vida de las personas que se encuentran en mi entorno y que sus realidades sean transformadas por el hecho de ser el reflejo del amor que Dios tiene por cada una de ellas.
Mi otro sueño es poder ser el esposo que Dios tiene pensado para Sofía y el padre que Eloísa, y los que vengan, necesitan.